Transpórtate a ese momento, ese justo momento donde abres
los ojos, ves un camino que el destino te tenía preparado, las personas que te
rodean, las plantas bien sembradas, los objetos perfectamente acomodados para
su propio funcionamiento, una tienda de comestibles en la esquina, un buen
trabajo esperándote, tus estudios, unas galletas que tu mamá dejo horneadas en
casa, una nota especificándote donde están las llaves del auto, una carretera,
un viaje o dos, un año, el amor, un chicle que pisaste, la lavadora mas cara del
mundo que arruinó tu suéter favorito, el embarazo repentino de un ser querido,
el momento en el que te miras en el espejo y te sientes bien, un trago de agua
fresca en un día caluroso, sentarte frente al jardín a ver a los niños correr,
subirte a una montaña rusa y sentir esa adrenalina en tu estomago, ponerte a dieta,
comer hamburguesas al día siguiente, subir 1 kilo, bajarlo haciendo pilates,
llegar a algún lugar y sonreírle a cualquier desconocido que se te pare enfrente,
subir a la camioneta y besar a tu madre, ver a Pepe el ayudante del veterinario
contarte las mismas historias de siempre junto con su muy ya conocido “así es”,
leer un libro, hacer planes, contabilizar tu dinero y entender que no lo tienes
todo, pero si lo suficiente, esperar con ansias, ver pasar los carros,
acostarte a disfrutar de una muy buena película, caminar en la noche… Y en ese
segundo te das cuentas de las millones de posibilidades, de las incontables
decisiones que afectarían tu camino, llegar temprano a casa y que tu hermana no
se haya comido todas las galletas alcanzaste una o dos, la televisión se
descompuso, cerraron la tienda de comestibles porque la dueña se fue a comer
porque es día de la madre, traspasaron el negocio donde trabajabas y no te
queda mas que hacer, chocaron el auto y tuvo que irse al mecánico, la carretera
esta cerrada por reparación, no trabajaste así que no tienes dinero para
viajar, no estuviste en el lugar correcto en el momento correcto para conocer a
la persona que te haría creer en el amor, caminaste por un camino alterno y no
pisaste el chicle que Miguel el vecino de enfrente tiró sin pensar en el medio
ambiente, Pepe se fue de vacaciones por ser Julio, quisiste contabilizar tu
dinero pero olvidaste tu cartera, el carrito de hamburguesas no estaba así que
no cenaste, tu suéter favorito sigue sucio… La vida es ese camino, que el
destino te tiene preparado, tu eres la pieza del rompecabezas, tu eres la
diferencia, tu puedes cambiar poco a poco, o simplemente radicalmente tu vida…
Parpadea… Despierta de nuevo, piensa que estas en unas escaleras, subiendo,
subiendo, subiendo… cada vez más feliz, mas cerca de la meta, mas cerca de
lograr la altura perfecta, de llegar a donde siempre quisiste, de ver desde
arriba la vida, y en eso… conoces a alguien, algo, una situación, un problema,
un desliz, un error que te intenta hacer descender un escalón, o dos, o toda la
escalera… cierras los ojos, intentas pensar que el golpe no dolerá tanto, te
pones de puntitas a un centímetro del escalón de abajo, respiras hondo y
piensas “ya que”, reflexionas sobre el error, el desliz, aquello que te esta
truncando llegar a la meta, y entonces respiras hondo, y con fuerza te
sostienes del barandal, un apoyo, una persona, situación, o cosa que te hace
sentir mejor, que te dice “todo estará bien”, te sostienes fuertemente, la
gravedad te quiere abajo, pero tu… tu quieres estar arriba… después de que el
dolor se ha disipado, se ha disminuido, te llenas de energía y junto con ese
apoyo logras subir, incluso dos o tres escalones mas de donde estabas, y
entonces… TODO VALIÓ LA PENA, ya nunca tendrás miedo, no volverás a cometer el
mismo error, no sufrirás de la misma manera la siguiente ves que se te presente
esa situación dolorosa, no llorarás, no esperaras cosas de personas que no
darían ni un suspiro por ti, no pensaras en dinero, en cosas materiales, en que
si tu hermana se comió las galletas, porque de ahora en adelante, vas un paso delante
de todo aquello que te podría hacer descender un escalón, vas un paso delante
de todas aquellas personas que te querían ver atrás, vas un paso adelante del “no”,
pero mejor aun… vas dos pasos adelante del dolor y del sufrimiento, aprendes de
la gravedad que quiso bajarte, de esa persona o situación que no te hizo bien,
y entonces entiendes que el “bien” es relativo, no te hizo bien en el sentido
en el que te quiso ver atrás, que te
quiso hacer descender , que te jalaba hacia abajo en lugar de impulsarte hacia
arriba, pero ¿Adivina qué?, ESA COSA O SITUACION O PERSONA, TENGA NOMBRE,
APELLIDO, VERBO O PERSONIFICACIÓN TE HA HECHO MAS FUERTE.